sábado, 14 de agosto de 2010

VOLVER, NO DEVOLVER

Esa tarde me encontraba con Alan, mi ex.
Me probé absolutamente todo lo que tenía en el placar. Todo me quedaba chico, era muy de verano, estaba roto, me lo ponía siempre, era horrible, me hacía gorda o se usaba cuando tenía 15 años. Fui a lo clásico: el vestido negro. Siempre garpa. Me da forma, combina con todo y es ideal para cualquier ocasión. Aparte de que me lo había regalado él cuando cumplimos cinco años de novios (si la psicología me acompañaba, Alan -mi ex- iba a rememorar viejas épocas e inevitablemente me pediría volver).
Me senté en la mesa de la panchería a esperarlo. Llegó con el traje que usa para trabajar, y tenía puesta la corbata que yo le regalé un 14 de febrero. Seguramente él también había planeado lo de la psicología. Lo miré con mi mejor cara y le dije "Alan..."
Pedimos dos panchos, los de la promoción. Al mio le puse salsa de cuatro quesos y salsa de roquefort. Sus salsas preferidas.
-Te traje los Cds Alan. El oso de peluche que me regalaste aquella noche en el parque. Tu camiseta de Racing que uso cada noche para dormir. Tu desodorante. El cepillo de dientes. Nuestra foto de sexto año en Bariloche...
-Joya, no sabía que tenías vos la camiseta
-Si y también tengo este pedazo de corteza de árbol donde escribiste nuestros nombres con un corazón. Te acordas?
-No. ¿Me dejé en tu casa el cargador del celular?
- No me fije. Lo que si encontré es este cuadernito donde escribíamos todos nuestros proyectos.
- Nunca lo escribí yo
-Bueno, donde yo escribía nuestros proyectos. Alan! ¿Es que 14 años no significaron nada para vos? No podes ser tan frío... Y yo que estaba dispuesta a darte otra posibilidad. Quizás te la vuelva a dar, pero vas a tener que insistir.
-Roma. No. Enserio que todo esto terminó. Yo estoy pasando un mal momento con mi novia y no quiero mas problemas.
-Besa bien?
-Quien, Roma?
-Tu novia. Seguro que no te conoce como yo te conozco. Es mas flaca que yo? Te voy avisando que las celulitis y los brazos flojos a todas les llegan en algún momento. A todas. Después yo no quiero que... ¿Alan donde te vas?
-Se me hace tarde Roma, tengo reunión en cinco minutos
-No me decís nada del vestido al menos?
-Lindo, ¿es nuevo?
Y se fue. Me dejó una caja de zapatos con porquerías mías. Me levanté y el estómago se me empezó a revolucionar. Fui al baño corriendo. Ahí me acordé de por qué no me gustaban esas dos salsas en los panchos.
Volví a casa caminando con el vestido manchado de algún liquido que había en el suelo del baño, con una caja llena de recuerdos que no quería y sin Alan.
Pero... ¿me pareció a mi, o me dijo que las cosas con la novia estaban mal?
ROMA

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