sábado, 4 de junio de 2011

VINTAGE



Son las 5 am. Acabamos de volver de una fiesta con Sil, y estamos sentadas solas en el sillon, mirándonos las caras cubiertas con el maquillaje corrido y comiendo porciones de pizza fría. Volvimos de una situación horrible. Estamos desoladas.


Para poder contarles me remito a una semana atrás. Resulta ser que Sil y yo decidimos cambiar nuestro guardarropas. Empezamos con un estilo nuevo para nosotras, pero sumamente a la moda: lo vintage. "Todo lo bueno, vuelve", ese es el lema que inventamos.
Así es que empezamos a ir a ferias de diseños, baratas, ferias americanas, algún que otro outlett; y llenamos los dos placar que tenemos con calzas ajustadas, jeans tiros alto, remeras hombro caído, blusas con hombreras, botines...
Nos sentíamos en la cresta de la ola. Atrás habían quedado los problemas con el sexo opuesto, eramos dos divas de los años 80 y 90 en pleno siglo XXI. Nos levantábamos dos horas antes todos los días para seleccionar los outfit para cada una y llevábamos uno dentro de la cartera por si pasaba algún imprevisto en el camino o en el trabajo.


El miércoles fue cuando comenzó a asomarse el problema. Ivana, la chica que escribe en el suplemento para mujeres, cumplía años el sábado y lo iba a festejar con una fiesta de disfraces. A la hora del almuerzo vino con su larga cabellera rubia y sus lolas de 2000 pesos cada una a invitarnos.

-Secres.... el sábado las quiero en el salón de fiestas de la revista, para mi cumple. No me van a fallar ¿eh? Y recuerden que es fiesta de disfraces....

Dio media vuelta y se fue.


-Yo creo que voy a usar el traje de la naranja mecánica que tengo. ¿Vos, Romita?

-No Sil. Abrí los ojos. Yo tengo mucho Hollywood arriba y se lo que pasa en estos casos. Nadie va a ir disfrazado, esta tarada cabeza de Koleston se quiere burlar de nosotras. Vamos a ir diosas.

-¿A lo vintage?

-Como siempre Sil!

.
Llegó el sábado y fuimos a la fiesta. Una vez más Hollywood me cagó. Sí era una fiesta de disfraces, y sí estaban todos disfrazados. Eramos las únicas sin disfraz. Nos sentíamos unas aguafiestas, pensábamos que nadie iba a invitarnos nunca mas a otra juntada.

Pero lo peor pasó a las cuatro am. Cuando Ivana subió al escenario a decir quienes eran, según la votación de la gente, los tres mejores disfraces. Si... nos ganamos el segundo puesto. No me animé a decirles que no era un disfraz, algo de dignidad afloró adentro. Recibimos la botella de vino y felicitamos a José -el de policiales- que ganó el primer premio con su traje de la naranja mecánica.

.

- Basta Sil, no llores más. Pasame otra porción de pizza. Cambiamos el guardarropas de nuevo y listo.

-Roma... ¿te das cuenta? Si yo iba vestida de la naranja mecánica como quería me ganaba la cena para dos. Esto es muy injusto!



ROMA




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