jueves, 3 de febrero de 2011

NO SEX IN THE CITY

Hay cosas que nos vuelven mas tolerantes en la vida. La falta de sexo es una, por ejemplo. Empezamos a tolerar las diferencias, nos olvidamos de los prejuicios, somos solidarios con el otro -especialmente con su cuerpo- y estamos las 24 horas del día dispuestas a brindar amor. No importan las diferencias etarias, raciales, y en algunos casos ni siquiera las diferencias -o similitudes- sexuales.
La falta de sexo nos hace mujeres open mind. Lo cual es una paradoja: empezamos a abrir la cabeza al mismo tiempo en que se cierran las piernas. Si, una desgracia.
Sil y yo estamos pasando justamente por esta etapa. Ella ya es una conocedora del asunto y yo apenas una novata, y todo gracias a Alán -mi ex-, quien ejerció el derecho de la libertad de elección y eligió no elegirme. Ni siquiera cojerme.
Estamos en el punto en donde ya no sabemos de dónde sacar alguna trampa para poder lidiar con el asunto sin caer en el temido "aparatito" final que, en mi caso particular, lejos de consolarme, me desconsuela mas al saber que 20 cm de silicona no pensante es lo único que es capaz de penetrarme.
Con Sil estábamos en llamas, y más después de saber que mamá tenía una relación sexual salvaje con nuestro jefe, 20 años menor que ella. Es así como hicimos lo peor que puede hacer una mujer en su vida. Perdimos la dignidad absolutamente, empezamos un camino que es solamente de ida. Nos vergüenza sólo decirlo, es más... creo nos volvimos adictas...
Nos compramos cinco Corín Tellado cada una. La cosa se vuelve peor: como si fuera poco, y con el miedo de no conseguirlos más en el kiosco, entramos a un club de intercambio de Corin Tellados. Si, nos hicimos socias vitalicias de la eterna soltería.
ROMA

No hay comentarios:

Publicar un comentario